Los Tejos
Cambiar el destino de las ayudas

04/09/2022

¿Se puede cambiar el modelo de ayudas? o ¿Hay que seguir por la misma senda donde las ayudas son indispensables para muchas familias?


¿Qué pasaría si las ayudas se destinaran a las empresas?


Antes de poner “el grito en el cielo”, se podría reflexionar sobre los resultados que se obtendrían si muchas de las ayudas destinadas a desempleados, se destinaran a suprimir todas las cargas que pesan sobre las empresas a la hora de contratar.


Se ofrecería más empleo con el único coste del salario y a la pregunta de ¿si no hay cotizaciones no hay pensión? La respuesta es la misma que para muchas ayudas reciben los desempleados y que tampoco cotizan.


Si tenemos en cuenta que en el paro se encuentran dos perfiles muy marcados: los que tienen una profesión y los que tienen una ausencia de experiencia y profesionalidad. Las empresas tendrían 2 categorías donde contratar: los profesionales y no profesionales, la diferencia estaría en las cotizaciones, por unos se cotizaría y por otros, no.


Sería el estado el que cambiaría su modelo de ayudas, destinándolas a complementar las cotizaciones que la empresa no pagaría. Esto podría cambiar el panorama del empleo donde en la actualidad, a las dos partes (empleadores y estado) cada día se les hace más “cuesta arriba” ayudar y contratar.


En la actualidad, se da la paradoja de que, ante el coste de la contratación de un trabajador, muchas empresas optan por contratos parciales, pero cuando una persona que recibe ayudas realiza sus cálculos, el salario ofrecido por un contrato parcial es igual o inferior que a la ayuda recibida.


Además de un modelo productivo basado en servicios con los resultados bien conocidos y repetitivos año tras año, la situación se degrada y se agrava, ante un panorama muy complicado que estamos viviendo en 2022. Y de no reaccionar a tiempo, nos podría llevar a un empobrecimiento bastante generalizado y duradero.


El trabajo es la piedra triangular de toda familia y sociedad moderna, lo que debería de ser una constante de nuestros dirigentes, mejorar las condiciones de contratación para ir en busca de un objetivo (el pleno empleo) que, aunque seguramente nunca se alcanzaría, si que podríamos tener unas cifras de desempleo bastante más aceptables por la sociedad.


En resumen, no se trata de beneficiar a unos a costa de otros, sino de repensar la distribución de las ayudas que el estado ya está asumiendo, pero con un cambio de “chip” en el objetivo a conseguir y esto con el mismo importe de as cantidades destinadas a muchas de las ayudas vigentes.


El resultado sería que las empresas contratarían bastante mas a trabajadores que necesitan, pero a un coste menos, el estado destinaría exactamente la misma cantidad que en la actualidad, pero destinándolas a las cargas sociales de las nóminas, y los desempleados ganarían bastante más y mejor trabajando que recibiendo ayudas.


Esto podría llevarnos a rebajar el desempleo en un 50% lo que representaría 1,5 millones de parados que aún siendo insoportable, podría cambiar el panorama laboral e ir progresando en una senda que podría marcar un antes y un después.