Los Tejos
Las claves del empleo

17/08/2022

Los cambios que se han producido en nuestra sociedad han provocado que más del 60% de los empleadores afirman que tienen dificultades a la hora de cubrir las vacantes que las empresas necesitan.

Entre los principales motivos están las jubilaciones de gente muy preparada, la formación de los jóvenes que llegan al mercado laboral con una preparación bastante mejorable, y las nuevas tecnologías cada día más presente en todas las etapas profesionales.

También se desprende que la movilidad es un freno a la hora de aceptar un puesto de trabajo más allá de los límites de nuestra ciudad, cosa que en los paises del centro de Europa se considera una “normalidad” el desplazamiento de empleados y familias.

Todo esto se ve agravado por los salarios que se pagan, que si bien para muchas profesiones se acerca a la “normalidad” (en función de la oferta y la demanda) no sucede lo mismo con personal altamente cualificado con estudios superiores que se ven obligados a explorar nuevos horizontes en el extranjero para encontrar aquello que aquí, donde les gustaría vivir y trabajar no siempre lo tienen fácil.

Hay realidades que nuestros dirigentes parecen no tener en cuenta como que tenemos más de 4.000 enfemer@s en el Reino Unido de una totalidad de 7.000 lo que dice mucho del grado profesional que tienen nuestros profesionales, aunque sea en el extranjero.

Aunque España no se define por un país emigrante, en la actualidad tenemos cerca de 1.500.000 personas viviendo y trabajando lejos de su tierra y las pocas iniciativas que ha habido para incentivar el retorno, no han dado sus frutos, por el principal problema que es el coste de la vida – salarios.

El cambio laboral está experimentando una aceleración en muchas direcciones, marcadas por la época digital y el cambio climático, fenómenos a los que tendríamos que enfrentarnos con más virulencia, dedicando más recursos a una preparación adecuada a una generación que arrastra muchas dudas sobre su futuro.

El mercado se encarga de regular la oferta y la demanda sin apenas intervención directa y las autoridades se encargan de crear las mejores condiciones para el desarrollo de las personas tanto en la vida social como en el ámbito profesiones.

Y un buen gobernante es aquel que continuamente está al límite y en equilibrio entre la oferta y la demanda, entre el trabajador y la empresa, entre la sociedad liberal y la sociedad civil, entre las ayudas a las empresas y las ayudas a la población.

Cuando en España tenemos más de 12 millones de personas en riesgo de pobreza, habría que mirar con lupa y seguramente utilizar más las tijeras, para ver si los más de 1.500 millones que se dedican todos los años a la cultura y el deporte es compatible con un país de tanto riesgo de pobreza.

La cultura está muy bien y deporte también, pero el comer y dormir bajo un techo caliente debería de ser un obligación o por lo menos, una preocupación constante, en un país avanzado como es España posiblemente se tuvieran que reequilibrar estas cifras y seguramente otras también.