Con la vista puesta en el “final” de la pandemia puede llegar el momento de hacer un primer balance del teletrabajo.

Aunque había una falta considerable de regulación en esta materia, la situación se ha visto abocada a acelerar, aunque con mucha aprehensión por parte de unos y otros a tomar medidas para no paralizar gran parte de la actividad con un resultado bastante satisfactorio.

En la actualidad, cuando la pandemia parece llevar un ritmo descendiente, son muchas las empresas que se encuentran con el dilema de mantener y desarrollar este sistema o por el contrario volver al sistema tradicional.

Ya sea por falta de madurez o de legislación, lo cierto es que no a todas las empresas les ha ido por igual, básicamente en función de su actividad y estructura, en cuanto a los trabajadores, es factible afirmar que a la mayoría que han teletrabajado les ha permitido descubrir otra forma de conciliación hasta tal punto de que algunos no volverían al empleo presencial.

En todo caso y considerándolo como “prueba piloto” es posible que España haya dado pasos para acercarse a modelos de trabajo más occidentales y que más temprano que tarde se adaptara a las circunstancias y nuevos modelos de sociedad.